Leonardo, de profesión maleante, recorre los caminos de robo en robo, de asesinato en asesinato. Necesita un criado y se lo roba a un ciego. Despoja luego de todos sus ahorros a un pobre granjero que le dió albergue. Su siguiente presa será un rico y avaro comerciante que, aún escoltado, viaja con mucho dinero encima.