Alex vive en Inglaterrra, trabaja arreglando aparatos eléctricos en una empresa que no va bien económicamente, se acuesta con mujeres casadas y bebe alcohol como si no hubiera mañana. Su vida es un completo desastre hasta que un día, su tío Raymond le propone pagar todas sus deudas a cambio de irse a vivir al extranjero durante un año, en concreto, a Nueva Escocia. Una vez allí, el joven intenta buscar trabajo en la pequeña localidad en la que vive y descubre que tiene el don de curar a las personas, pero ni siquiera cree en su propia habilidad. En su lucha por comprender su nueva realidad, una adolescente con cáncer le mostrará el camino.