Fernando está de vacaciones con sus amigos en su casa de Ezeiza, Buenos Aires. Lejos de su rutina y de sus novias, los hombres descansan en la piscina, toman alcohol, fuman y confiesan sus intimidades mientras exhiben una libertad lúdica, como si fueran niños. Fernando invita a Germán, su amigo de Taekwondo, ignorando que es homosexual. Poco a poco se enciende entre ellos un deseo que les resulta difícil de mostrar ante tales circunstancias.