En la cafetería donde Mac desayuna todos los sábados mientras lee tranquilamente el periódico, Rose, una de las camareras, se acerca a charlar con él, pero el agente no deja de observar a Seth Collins, un hombre muy mal vestido que acaba de salir del cuarto de baño con un periódico bajo el brazo. Amy, una camarera del local, le toma nota cuando una pistola se desliza del periódico de Collins. Para evitar que alguien pueda resultar herido, Mac se dirige hacia Collins y le insta a soltar la pistola. El delincuente duda por un instante, dispara a Amy en el pecho y sale corriendo. El equipo del C.S.I. identifica el ADN de Collins a través de los restos de saliva de su taza y lo detienen, pero es puesto en libertad sin que nadie sepa por qué.