Lorraine Stevens está luchando contra los avances del dueño de la empresa de importación y exportación donde trabaja, Philip Larkin. Más tarde esa noche se le pide que recoja algo en la joyería Alcorn. El dueño no sabe qué es lo que debe recoger y le sugiere que haga una llamada para averiguarlo. Llama a Philip Larkin y mientras suena el teléfono vemos a Philip Larkin muerto en su casa. De pie junto a él está Joseph Harrison que borra sus huellas del teléfono y se va. Cuando sus huellas digitales se encuentran en la caja del arma homicida se le acusa del asesinato.