El equipo del programa falta una semana al trabajo por quedarse dormidos después de trasnochar viendo el campeonato mundial de boxeo-ballet. Como el Sr. Manguera pensó que no vendrían más, le vendió el canal al Sr. Vaquero, el fanático número uno del programa. Por momentos, el Sr. Vaquero es insistente en que el programa mantenga sus tradiciones y todos los funcionarios repitan siempre sus frases características, pero Patana le recomienda que mejor siga el sueño de todo fanático y le de su propio estilo personal al programa. Acto seguido, el programa aparece ambientado en el viejo oeste.