Un accidente que casi acaba con Burns le hace darse cuenta de que, si le hubiera pasado algo, nadie heredaría su imperio. Así, decide hacer una prueba para elegir un heredero. Bart es rechazado y, furioso, se pone a destrozar la mansión. Burns le elige por su demostración destructiva e intenta que Bart no se sienta querido por su familia y viva con él.