Susan Lewis vuelve a Chicago en busca de trabajo y Green le ofrece la posibilidad de quedarse en el hospital. Mientras, la sanción impuesta a Chen por la administración al investigar la muerte de un paciente le hace tomar la decisión de presentar su renuncia. Unos padres, agotados física y emocionalmente por los cuidados que necesita su hijo enfermo, desaparecen tras autorizar su intervención quirúrgica.