El 10 de febrero de 2011, el vuelo 7100 de Manx2 se estrelló en el aeropuerto de Cork en Irlanda después de que los pilotos perdieran el control mientras intentaban un motor y al aire en condiciones de baja visibilidad, matando a 6 de las 12 personas a bordo. Las causas se atribuyeron al empuje asimétrico de los motores durante la maniobra y al cansancio de los pilotos.