El sol y la luna mueven miles de millones de toneladas de agua con cada giro de la marea. Las mareas más fuertes vacían bahías enteras, rompen árboles en las riberas de los ríos y abandonan criaturas marinas en tierra repentinamente seca. Las mareas más débiles controlan los movimientos de un gran número de peces, persuadiendo a las mantarrayas a través de asombrosos arcos submarinos. Y a medida que el agua retrocede, la marea puede crear paisajes increíbles, como un mundo brillante de cristales de sal habitada solo por pequeños camarones y flamencos de color rosa brillante.