En pleno caos, Susan sugiere la idea de cambiar a la empresa encargada de la seguridad. Un drogadicto entra y apunta con una pistola a Chen mientras pide una jeringuilla con droga; se la dan y él suelta a la doctora y coge como rehén a Pratt antes de desmayarse. Carter exige que instalen detectores de armas en las entradas, pero Kerry le dice que es muy caro. El médico encabezará una.