Bull y el equipo se preguntan si tienen una defensa sólida cuando representan a la administradora de patrimonio Rachel Elliot, quien está siendo juzgada por el asesinato de su marido, del cual afirma no tener recuerdos debido a una pérdida de memoria inducida por el alcohol. Cuando la fama de Rachel por su comportamiento agresivo amenaza con dañarles en la corte, Bull evita al jurado con un "sesgo de ira", un rechazo inherente a las personas que no pueden controlar sus emociones.