Ana regresa a las galerías dispuesta a luchar por su sueño de ser diseñadora. Pero después de todas las trabas de Cristina y los reveses que su relación con Alberto ha sufrido, está convencida de que para tener una vida plena debe renunciar a Alberto y rompe con él definitivamente. Meses después ha llegado el gran día y el momento más esperado por Ana: el desfile de presentación de las nuevas colecciones de Velvet, de Raúl de la Riva y Phillipe Ray. Pero lo que debería ser felicidad absoluta se convierte en tragedia por culpa de la ira desenfrenada de Cristina, que pondrá en peligro la colección y el buen nombre de Ana. Por su parte, Cristina le hace creer a Víctor que el hijo que espera es de Alberto. Ella espera recuperar a Alberto ahora que ya no está con Ana, pero él sigue empeñado en conseguir la nulidad y eso la lleva a tomar medidas extremas en contra de Ana. La crisis de Alberto y Ana ha servido para fortalecer la relación de Mateo y Clara.